Paseos, podemos tener muchos, pero paseos que nos dejen algo de cultura e historia de nuestro país, a veces son pocas las posibilidades, por falta de tiempo, dinero, etc., pero jamás debemos desaprovechar las oportunidades que se presenten.
Conozcamos un poco de lo que es Real del Monte, haciendo una escala…claro, para desayunar.
Salimos a las 8:10 am., tomando el camión en la central del norte, la mayoría nos quedamos dormidos, lo que se dice dormidos. Llegamos a la terminal de Pachuca alrededor de las 9:50am. De ahí nos dispusimos a desayunar.
Llenando una combi, con exceso de uno que venía sentado en la puerta, llegamos al mercado “Benito Juárez”, ahí desayunamos barbacoa, consomé, mixiote de carnero, y nuestras respectivas bebidas. Terminando de desayunar, tomamos otra combi, camino a Real del Monte.
Llegando a Real del Monte, el chófer de la combi, muy amablemente, nos dio un tour por unas cuantas calles del pueblo, y nos dijo los lugares atractivos que podíamos visitar.
Nos subimos al turibus en la parte de arriba; lo cual, en el pueblo, debería considerarse deporte extremo ya que vas esquivando cables, techos y ramas. Nuestro guía nos contó la historia de lugares como el panteón inglés, las iglesias, las minas, como comenzó la vida en el pueblo, cual fue el marcador final del primer partido de fútbol en México (5-0 favor Inglaterra), el patio de una mina, e historias de los mineros.
Decidimos bajar a una de las minas, a MINA DE ACOSTA, nos mostraron más a detalle cómo funcionan, o funcionaban las minas, como era la vida del minero, y de los dueños de las minas. Nuestro guía, el señor Pedro, nos contó cómo fue evolucionando tanto las labores como las protecciones de los mineros, cuál y como era el funcionamiento de la maquinaria. Entramos a un túnel donde caminamos 400mts planos, ahí el guía nos mostró un derrumbe que hubo no hace mucho tiempo, como eran las perforadoras, las cuvas de los mineros (que era donde hacían sus necesidades), y como se conectaban las minas entre si.
Muy amablemente el señor Pedro, nos ayudó respondiéndonos unas cuantas preguntas, diciéndonos que antes de la llegada de los ingleses el minero comía taquitos que les preparaban sus mujeres, cuando llegaron los ingleses a México, como a este no le gustaba nada de lo que había aquí, cambia los taquitos por lo que son los pastes, claro que en esa época eran un poquito más grandes; nos contó también los platillos que más se hacen en el pueblo y en fechas festivas, como la feria de la plata, y las típicas religiosas.
Regresando al centro del pueblo, fuimos a comer pastes a un lugar que nos recomendaron, pastes “El portal”, al principio los meseros nos veían con miedo, porque éramos muchos, pedimos diferentes pastes y los compartimos para que todos probáramos de todo, aunque para ser sincera, los pastes de chocolate no estaban muy buenos que digamos y todas las que pedios de chocolate opinamos lo mismo.
Ya de regreso, un poquito más relajaditos y bien comiditos, llenamos, de nueva cuenta con uno sentado en la puerta, la combi, donde el relajo no falto. El chofer nos hizo favor de dejarnos directamente en la central camionera de Pachuca, de donde partimos a la ciudad de México a las 8:40pm.
Giovana Luna
se ve un lugar agradable algun dia ire
ResponderEliminarDe esas experiencias que deben repetirse. Hidalgo tiene muchísimo que ofrecer y aunque sólo fue un pequeño vistazo, el viaje sirvió para que nos percataramos de las diferentes tradiciones culinarias que se desarrollan muy cerca de nuestro lugar de residencia.
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